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Riópar y el Nacimiento del río Mundo, un paraíso en Albacete

junio 15, 2022

Como es nuestro quinto aniversario de boda y nos apetecía algo especial, hemos buscado en nuestra viaje-agenda un sitio que nos apeteciera mucho desde hacía tiempo y ha salido este pequeño rincón albaceteño lleno de naturaleza y encanto.


Cascada de los Chorros.
Nacimiento del Río mundo

Así que ya estamos en marcha otra vez y esta vez nos hemos ido a Riópar en Albacete, un pequeño pueblo de la sierra de Alcaraz que nos ha fascinado por varias cosas

👉 Lo bien que hemos comido en el pueblo en un restaurante sencillo pero muy bien atendido 

👉La cantidad de agua que había por todas partes, en junio!! Era impresionante ver salir agua de todas partes, de las rocas, de debajo de la tierra, si!!! En fuentes y arroyos.

👉la Cueva de los chorros, de donde sale el propio río Mundo, una pasada!! Estuvimos dentro con Mundo Aventura, y nos quedamos con ganas de más cueva.

Madrugamos el sábado, y después de unas cuantas horas de viaje, llegamos al Camping Río Mundo, instalamos nuestra caravana y nos dispusimos a comer. La verdad es que nos encanta eso de tener nuestra casita allí donde vamos.

Ni que decir tiene que la siesta fue obligada, nos habíamos dado un buen madrugón.

Por la tarde aprovechamos para visitar Riópar, tomar unas cervecitas y hacer algo de tiempo para cenar en el Restaurante San Juan, muy sencillo pero con un trato muy amable y unos platos muy cuidados. Nos gustó tanto que repetimos alguna noche más.



Empezamos fuerte, de cabeza a la cueva.


En cuanto amaneció el domingo, nos pusimos el traje de montañeros intrépidos, preparamos la mochila y nos fuimos hacia el punto de encuentro con nuestro guía para la excursión que habíamos elegido.

Allí nos encontramos con Clea, nuestra guía de mundoaventurariopar, y con la agradable sorpresa de que éramos los únicos que formábamos el grupo. No tenemos más que buenas palabras para describir el trabajo de Clea, nos hizo muy agradable la excursión y nos explicó muchas cosas del entorno, del río y de la cueva.

La caminata hasta la cueva se divide en dos partes. la primera es un duro ascenso de unos trescientos metros en apenas un kilómetro. La segunda, equipados con arnés y cabos de vida nos lleva por un pasamanos por la pared de la montaña hasta la cavidad por donde aparece el río.


No es nada complicado, pero sí muy divertido, y le da un toque de súper aventura.

Pero lo que más impresiona es llegar a la boca de la cueva.

Puede que sea el tamaño de la boca que tiene, o el caudal del agua que sale, o simplemente que sea el primer lugar donde el Río Mundo ve la luz por primera vez. Es todo un nacimiento. 

Sí,  la primera vez que ve la luz, seguid leyendo y os lo explico más adelante. 

Como buena cueva húmeda que se precie, el musgo cubre gran parte de las paredes y de las rocas del suelo. La humedad y, la luz que no el sol, propician que se desarrolle a sus anchas. Aunque sólo en la boca, en el momento que desaparece la luz, se acabó el musgo.

En la entrada cambiamos nuestras batalladas botas de montaña por unas katiuskas que diría mi madre, facilitadas por la empresa que nos hace de guía en esta aventura. 


Nunca entres solo en una cueva.



Botas, casco, frontal eléctrico y arnés, estamos pertrechados para entrar. 

Rápidamente acusamos el descenso de temperatura y la alta humedad, pero la emoción de progresar en ese ambiente era muy alta. la altura de la cueva no es regular, pero en ningún momento se hace agobiante. impresiona mucho oir el rugido del río dentro de la cueva, y algo que nos llamó la atención era lo transparente del agua, daban ganas de bañarse.

La leyenda dice que varios espeleólogos tuvieron conocimiento de esta cavidad camino de Valencia para ver a sus novias. Por supuesto, las dejaron plantadas a las pobrecillas y se fueron a ver las posibilidades de exploración de la cueva. No pudieron profundizar mucho, no llevaban material adecuado para ello, pero si llegaron hasta una zona de la cueva donde el agua cae de la pared formando una pequeña cascada. 

En esa poza, a los pies de la pequeña cascada, depositaron en el agua algunas rosa y sacaron algunas fotos para sus novias. desde luego, una escusa muy original.

Desde entonces se le conoce a esta cascada con el nombre de Las Rosas.


Hoy en día, hay  explorados más de cincuenta kilómetros de recorrido.



Hay que decir que salimos muy contentos de la cueva, yo me muevo con mucha soltura en estos escenarios,  pero a Fabiola la pone en modo "sobrevivir", y no termina de disfrutarlo. Ya os contaremos nuestra aventura en la cueva de Valporquero, León. 

La aventura en la cueva da para mucho más, Clea nos contó que había una modalidad de aventura con una duración de ocho horas. Primero terminaré de convencer a Fabiola.

Por la tarde, nos fuimos a ver el pueblo de Riópar Viejo. No sería acertado decir que el pueblo está abandonado, actualmente hay un desarrollo importante en forma de casas rurales muy interesante.


El propio pueblo está reconstruido, y nos encontramos con un agradable paseo con una fuente y un mirador muy bonito. La fuente tenía sorpresa, un manantial de agua fresca y una colonia impresionante de renacuajos. Hay que ver que de campo somos...

Al día siguiente, decidimos ver la Cascada de los Chorros, pero esta vez desde abajo, donde todo ese agua se derrama desde unos ochenta metros de altura y forma el inicio del Río Mundo.

Y para ello, teníamos dos opciones. La primera era ir en coche hasta unos trescientos metros de la cascada.

La otra opción era recorrer unos catorce kilómetros, ida y vuelta, y dar un paseo por el monte bajo por donde transcurre el propio río.

Ya sabéis la opción que hemos elegido. Metimos la ruta en nuestro GPS, y para allá que nos fuimos.

El paseo estuvo muy agradable. Lo iniciamos en el pueblo de El Laminador, pasamos por una piscifactoría y vimos una planta muy rara que no habíamos visto nunca.

La sorpresa que nos guardaba esta ruta fue que vimos el segundo nacimiento del río. Apenas el río ha recorrido unos cien metros desde su caída en la cascada, éste se pierde en el subsuelo, reapareciendo un kilómetro después, más o menos, dando lugar a su segundo nacimiento.

En este kilómetro de cauce subterráneo, se aprecia perfectamente el cauce en la superficie cuando el río entra en su famoso reventón. Arboles arrancados de raíz, grandes rocas o cuencas de inundación son las pruebas de lo que este río es capaz de hacer cuando multiplica su caudal cientos de veces una o dos veces al año.

Ya por la tarde, de vuelta a nuestra caravana, planeamos el resto de la tarde para hacer algo de turismo por los pueblecitos de la zona.


Nos encanta alternar turismo de aventura con turismo rural o cultural.



Nos pareció muy interesante y divertido visitar uno de los pueblos donde se grabó la película de "Amanece que no es poco". Y para allá que nos fuimos, a Molinicos.


Al día siguiente ya nos tocaba volver a casita. Aún debíamos recoger el campamento, enganchar la caravana al coche y volver.

Como resumen podemos decir que nos hemos llevado una muy grata impresión del lugar. El Río Mundo, en su nacimiento, nos ha llamado mucho la atención, el trato que nos han dado en el restaurante San Juan, en Riópar, y en el Camping Río Mundo ha sido muy bueno.

Creo que volveremos tan pronto como consiga convencer a Fabiola de hacer más cueva.

Ya os lo contaré...


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Publicado por Camino a la Cumbre

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